ROSETE ARANDA: SUEÑO DE AUTÓMATAS Y TITIRITEROS.
Autor: Salvador Lemis
ESCUELA LATINOAMERICANA DEL ARTE DEL TITERE “MIREYA CUETO”

Nota/ Deberá representarse con ritmo vertiginoso. Sin regodearse mucho tiempo en las imágenes que se van logrando con los títeres, como diminutas Carpas que aparecen y desaparecen. Ése es el tono.



PRÓLOGO. La primera pastorela.

MARGAJE: ¡Buenos días Don Julián, buen día Don Hermenegildo, buen día Don Buenaventura, buenos días doñita María de Luz!… Quiero encargarles, para los festejos de la Santa Natividad, una representación fidedigna del nacimiento del Santísimo Niño. Es menester que no omita que será bien pagada. Se ha corrido la voz y mis ojos lo atestiguan, que inventan ustedes muy bonitos muñecos de biscuit francés.
MARÍA DE LUZ: ¡Son de madera, Señor Margaje!
TITIRITERO: El Señor Margarito Aquino, en el año de nuestro señor, lejano 1836, tuvo a bien encargar a los hermanos Buenaventura, Julián y Hermenegildo…
MARÍA DE LUZ: Y a mí. (Aparte, disgustada). Siempre los hombres se llevan las palmas.
TITIRITERO: Y a la preciosa María de Luz… una pastorela. Una sencilla piececita navideña -que pudo haber pasado inadvertida-, pero cobró relevancia gracias a los finísimos detalles del diseño y confección de los muñecos que en ella se presentaron.
MARÍA DE LUZ: Casi me quedo ciega de dar puntadas: aquí dos ojitos brillantes… los zapatos, primorosos. ¡No puede faltar el vestuario interior…! Encaje de burdeos para estas enaguas… ¡Esta hebilla me costó un pinchazo de aguja! ¡Ay, ay!

INSERT

SATANÁS: ¡Haré que se consuman en los fuegos del AVERNO!
ARCÁNGEL GABRIEL: ¡Atrás, demonio, fiero Satanás, con esta espada refulgente te condenaré a la LUZ, si osas rozar con tus garras al DIVINO NIÑO que está siendo adorado en ese pesebre!
SATANÁS: ¡Pues ahora verán, malditos pastores! Quítate, Arcángel, de mi camino.

(Luchan los dos muñecos)



TÍTIRITERO: (Cantan un fragmento de villancico acerca del Niño).

CUADRO I  Inicio del sueño de la Compañía.

MARGAJE: ¡Ha sido un éxito! ¡Ha sido un éxito! ¡El señor párroco está feliz, se han vendido todos los boletos! El mundaje es de ustedes hermanos Aranda, Julián, Hermenegildo, María de Luz y tú Buenaventura. ¡Con ese nombraje se ha dicho todo! Yo, Margarito Aquino, para los cuates, Margaje, les auguro en 1839 una larga BUENAVENTURA. O una “Buena aventura”, que para el caso…
MARÍA DE LUZ: ¡Estoy muy feliz… de un tirón ya hemos confeccionado más de cien muñecos, llenísimos de encantadores y primorosos detalles!


ANTONIO ROSETE: ¡Qué hermosos ojos! ¡Y brillan tanto, que quizás en lugar de ojos sean diamantes, diamantes rosa!
MARÍA DE LUZ: ¿Los de los muñecos, caballero? Mandé a pedir un pequeño cargamento de allende el mar. ¡Quise los más rutilantes!
ANTONIO ROSETE: No, no, no. No hablo de los ojitos de los muñecos.
MARÍA DE LUZ ¿Ah, no? (Tose avergonzada).
ANTONIO ROSETE: Hablo de los suyos. ¿Cómo se llama?
MARÍA DE LUZ: María de Luz. María de Luz Aranda.
ANTONIO ROSETE: De Luz habría de ser.
MARÍA DE LUZ: Gracias. ¿Y usted quién es? Siempre le veo en la primera fila del templo.
ANTONIO ROSETE: Antonio Rosete. (Transición) ¿Y esos tres gallardos caballeros que afilan las espadas de sus ojos contra mí?
MARÍA DE LUZ: (Sonríe). ¡No haga caso!, son mis tres hermanos Aranda. Parecen fieros, pero los manejo con hilos. (Susurrante). ¡Así!

(Tres muñecos persiguen y corretean a Antonio Rosete con una música cabalgante hasta que María de Luz lo jala y lo oculta. Los tres hermanos desaparecen. Timidez de ambos. Cambia música a violines. Llueven corazoncitos color vino tinto. Ella abre pequeña sombrilla y suspira. Quedan juntos. Ella se separa avergonzada. Él se acerca a proscenio y recita un fragmento de la obra “Palacio de cristal” que la compañía hará posteriormente)…


CUADRO II. Muestra de una obra de amor.
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INSERT

ANTONIO ROSETE:
La última luz del moribundo,
día de carmín a las nubes matizaba,
y en el azul del cielo aparecía
la estrella de la tarde que brillaba
dentro del corazón. ¡Ay!, yo sentía
un placer que mi mente enajenaba
y que mi alma llenaba de alegría.
En idílicos sueños te miraba. De
pronto te miré, radiante, hermosa,
reclinada en el césped, dulcemente
tu semblante los tintes de la rosa
ciñeron al mirarnos frente a frente
y tu mirada tierna y cariñosa hizo
saltar mi corazón ardiente… Te
contemplé un instante enajenado.
Pesadas trenzas negras y
brillantes en tus hombros de
nieve descendían.
Tus ojos, dos
estrellas rutilantes, anegados de
luz me parecían y tus labios de
grana suspirantes al pronunciar
mi nombre sonreían, entre tanto,
tu aliento perfumado obligaba a
tu seno enamorado. (…)
Ideal, angelical, divina, te miraba;
anhelante, apasionado me parecías
celeste y peregrina, que del cielo
a la tierra habías bajado.
En cristalina esfera te alejabas,
dejándome angustiado, después de
que mi alma habías prendido
el fuego de un amor desconocido.
Mas no fue así porque con tierno
acento: “Acércate, te adoro”, me
dijiste, y temblando de amor y
sentimiento, obedecí la orden que
me diste.
Yo sentí que tu aliento
perfumado, por un instante
acarició mi frente y percibí el
aroma delicado, que de ti se
emanaba, suavemente.
Entonces, de pasión arrebatado y
estrechando tus manos dulcemente,
te miré delirante, enloquecido,
exhalando de amor tierno gemido;
y luego te inclinaste ruborosa para
besar mi frente enardecida y con
voz argentina y armoniosa: “Eres
mi bien”, dijiste. ¡Eres mi vida! (…)
Estas palabras
mi alma enajenaron y te estreché
en mis brazos dulcemente. Mis
labios con los tuyos se juntaron y
nuestras almas en aquel instante un
amor infinito se juraron, sellando
el juramento con un beso amante; beso,
cuyo recuerdo venturoso hace latir
mi corazón dichoso.

(Beso de amor de María de Luz y Antonio Rosete)

­
CUADRO III. Leandro y familia.
TITIRITERO: (Protesta) Era otra época. (A público rompiendo cuarta pared) Ellos escribían sus propios libretos, aparte de crear las marionetas más hermosas que el mundo ha visto y verá. Entre 1845 y 1849, el amor de Antonio Rosete y María Aranda, fue el amor más puro que ojos humanos vieran. Se casaron y formaron de inmediato la primera compañía Rosete Aranda en 1850 que diez años después se llamaría Compañía Nacional Mexicana de Autómatas “Rosete Aranda”.
TITIRITERO 2: Antonio y María tuvieron cinco hijos: Donaciano Adrián, Felipe Juan, Tómas y María Macedonia
TÍTIRITERO: ¡Falta el más importante!
TITIRITERO 2: Leandro Rosete Aranda, nacido en 1852 y que se convertiría en el director de los Autómatas.
TITIRITERO: (Muestra un títere). Este es Leandro Rosete Aranda en 1880…
TITIRITERO 2: ¡Falta un dato importante!
TITIRITERO: Pero esto es un espectáculo, no un Manual de Aclaración de Dudas Históricas.
TITIRITERO 2: (susurrando) Pero el público debe saberlo… (Adelantándose a proscenio) Don Benito Juárez, el Presidente de México presenció una función de la Compañía Rosete Aranda. ¡Así como lo oyen!
TITIRITERO: (Con mueca y guiño). ¡También ante don Porfirio, el dictador!
(Fanfarrias. Lanzan florecillas. Recrear brevísimamente el encuentro presidencial ante Juárez y mostrar de manera sencilla un águila y una serpiente, y agitar “banderines”. Música. Marcha patriótica).

CUADRO IV. El amor por los muñecos.
TITIRITERO: Cuando yo era niño, mi abuelo me llevó a una carpa en medio de la feria del pueblo. A partir de ese momento, no me interesaron ni los algodones de azúcar ni las memelas que chisporreteaban en el aceite hirviendo… ni los juegos mecánicos con figuras pintarrajeadas del mundo de los cuentos de hadas… sólo los títeres, con sus sonrisas congeladas, llenaban mi mundo de niño solitario.
TITIRITERO 2: (Niño). ¡Vamos a comprar unos fuegos de artificio! ¡Hay cohetes, chillones, volcanes humeantes, ratones y lucecitas de bengala!
TITIRITERO: (Niño). ¡No! Sólo tengo siete pesos. Hay dos tandas por un boleto. ¡Vamos a ver las marionetas!
TITIRITERO 2: (A público) Todavía la televisión y el cine no habían devorado, como dos grandes dragones hambrientos, nuestro teatro de títeres.
(Sacan dos dragones y representar como devoran un teatro. Música de cierre de ópera).

CUADRO V. Llega la guerra y cambia la faz del mundo.
TITIRITERO: (Se transforma en vendedor de periódicos y baja a público. Le vende ejemplares a las personas: imprimir gacetillas de una hoja con titulares de los Rosete Aranda y una foto de Don Porfirio Díaz) ¡La historia de México! ¡Llévelo, llévelo, Don Porfirio queda fascinado con la Empresa Nacional Mexicana de Autómatas Hermanos Rosete Aranda! (Agregar algunos titulares de eventos acontecidos entre 1884 y 1914). ¡Guerra inminente! ¡Crecen los rumores de una posible conflagración dentro del territorio nacional! ¡Zarpa de la naviera White Star Line el transatlántico más grande del mundo: el Titanic, con 1317 pasajeros y una tripulación de 885 personas!
TITIRITERO 2: ¡El pueblo estaba hasta el copete! El hambre, la corrupción, el racismo, los latifundios, campeaban como los cuatro jinetes del Apocalipsis.
(Se recrean imágenes con muñecos de los cuatro jinetes que traen LA GUERRA: 1910).
TITIRITERO: (A público, con sorna). Por suerte el Apocalipsis es sólo una leyenda bíblica. Ya no hay hambre, ni corrupción, ni racismo, ni latifundios. Y Don Porfirio ha muerto. ¡El show debe continuar!

CUADRO VI. El cometa y su éxito.
TITIRITERO 2: La Compañía Nacional Mexicana Rosete Aranda, con Leandro, Donaciano, Felipe, Macedonia y Tomás, tiene el honor de representar al estimado y nunca suficientemente bien ponderado, amable público, señores y señoras, damas y caballeros, su obra “El cometa”.
TITIRITERO: (Finge voces populares) ¡Se acaba el mundo! (Explica). En escena vemos a los muñecos: el Muchacho, don Onofre, Tulitas y Remedios. Personajes populares.
(Arman de modo sencillo la siguiente escena).

INSERT
El cometa (1882).
MUCHACHO: ¡Yo quiero ver el cometa!
ONOFRE: ¿Pues qué… no lo contemplas,
chamaco? Está a nuestra vista.
TULITAS: ¡Ay, qué bonito! ¿Verdad,
Remeditos?
REMEDIOS: Bellísimo, mi alma; pero dicen
         que estos fenómenos celiestes nos
         traen muchas calamidades.
TULITAS: ¡Dicen que anuncian peste,
         hambre y guerras!
ONOFRE: Vulgaridades nada más, Tulitas.
REMEDIOS: Oiga usted, don Onofrito, ¿y qué…?
         ¿…de tan viejas que son las estrellas, les
         salen cola?
ONOFRE: ¡Qué barbaridad! ¿Cómo puede
usted pensar en semejante cosa?
TULITAS: Bueno, bueno, como no somos
         leídas y escrebidas.
REMEDIOS: Pues explíquenos usted, ¿cómo
         son los cometas?
ONOFRE: Con mucho gusto. Los cometas
         son cuerpos celestes acompañados
         de una o más colas, cabelleras
         luminosas, que pertenecen al
sistema solar y se mueven en una
órbita muy excéntrica, por lo cual
se hacen muy visibles para nosotros
durante muy corto periodo de
sus evoluciones.
TULITAS: Entonces los cometas se parecen
a las lagartijas, pues también hay de
dos colas.
ONOFRE: Hasta hoy no he visto ninguna
         con esa particularidad.
REMEDIOS: ¿Pos qué, los cometas dependen
         del sol y caminan con él?, pos yo
sabía que el Sol está fijo, según
don Camalión.
ONOFRE: Nuestro Sol marcha con una
         velocidad de 16 kilómetros por
         segundo, y la Tierra como todos los
         planetas de nuestro sistema, sigue
         al astro rey en su vertiginosa carrera
         en medio de los abismos.
TULITAS: ¿Entonces? ¿No sólo nosotros
         nos vamos a los abismos, sino que
         también el Sol? Yo creíba que se
         quedaría para eternas memorias
         hasta el fin del mundo.
REMEDIOS: ¡Ay, qué sabios son los siñores
         astrómonos, nos cuentan tantas cosas
         que ni soñadas!

FIN DE LA PRIMERA PARTE

SEGUNDA PARTE.
CUADRO VII. Muere don Tomás.
TITIRITERO: (Protesta) Era otra época. (A público rompiendo cuarta pared) Así fue alcanzando triunfos la excelsa Compañía Nacional Mexicana de Autómatas “Rosete Aranda”. Año tras año presentaron al distinguido público las más insólitas obras de marionetas que puedan concebirse.
TITIRITERO 2: Claro que tuvieron, como todo lo que brilla, detractores, críticos envidiosos, compañías que clonaban sus éxitos… ¡Hubo de todo en la viña del Señor!
TÍTIRITERO: ¡De hecho, la Compañía Espinal siempre deseó obtener la colección de muñecos y libretos –¡hasta lograrlo!- pero ésa es otra historia!
TITIRITERO 2: Como todos sabemos… ¡en 1910 llega la Revolución Mexicana! (Lanza bombazo de confetis).
TITIRITERO: Y el 2 de octubre de 2011 muere en Huamantla el último de los hermanos titiriteros: Don Tomás.
(Crear de modo sencillo el funeral. Un grupito de mujeres de negro llora y hay un hermoso sarcófago en miniatura entre los dos quinqués. Coro angélico).
TITIRITERO 2: (Cura). “Y el polvo vuelva a la tierra, así como el espíritu  vuelva a Dios que lo dio…”
TITIRITERO: (Doctor). Amén.  
TITIRITERO 2: (Discurso, despedida de duelo). Que la tierra acoja a nuestro pariente y amigo don Tomás Rosete Aranda, último de la estirpe que ha hecho famosa a nuestra villa… Descanse en paz y quiera Dios que en el cielo continúe haciendo su labor de muñequero para diversión y alegría de los angelitos…” (Acaba insert del funeral).
TITIRITERO: (A público). Porque nada es eterno bajo el sol.
MÚSICA.

CUADRO VIII. Crisis y renta del teatro de marionetas.
TITIRITERO 2: Hoy es 9 de enero de 1913. María de la Luz Reséndez, viuda de Rosete, está desesperada. No hay quién atienda la compañía y el cielo se ha encapotado desde la muerte de Tomás.
TITIRITERO: (Títere María de la Luz). Señor Enrique, le he mandado llamar porque finalmente accedo a su insistencia.
TITIRITERO 2: (Títere Enrique Rosas). ¡Albricias! ¡Eso es pensar con la cabeza, doña María, con su venia!
TITIRITERO: (María). Desde la muerte de mi señor esposo hemos contraído muchas deudas y estamos desesperados, don Rosas.
TITIRITERO 2: (Enrique). A un caballero no hay que darle más explicaciones, cerremos el trato y ya está.
TITIRITERO: (María). Me parece bien.
TITIRITERO 2: (Enrique). ¿Consiente venderme las marionetas de su familia para siempre?
TITIRITERO: (María). ¡No, para siempre no! ¡Sólo por diez años, como lo hemos hablado!
TITIRITERO 2: (Enrique). ¡¿Diez?! ¡Es poco tiempo!
TITIRITERO: (María). Aquí está el contrato a su nombre, señor Enrique Rosas… Todo el atrezzo, una década, contando a partir del 10 de enero de 1913… a razón de…
TITIRITERO 2: (Enrique). 175 pesos mensuales. ¡Trato hecho! ¿Dónde debo firmar? (El muñeco firma un largo pliego que el titiritero desenrolla).
(MÚSICA)

CUADRO IX. Discusión de los titiriteros.
TITIRITERO: Así, el público mexicano pudo volver a aplaudir las marionetas creadas por los Rosete Aranda…
TITIRITERO 2: Pero como México se resume en una larga historia de decenas trágicas… las marionetas chillaron, se aterrorizaron en el Teatro Principal, cuando les sorprendió la destitución y asesinato del Presidente Madero.
TITIRITERO: (Interrumpe al otro titiritero). Habíamos convenido que esta obra no se trataba de un Manual de Aclaración de Dudas Históricas.
TITIRITERO 2: (Recalca, defendiéndose). Pero es que la historia de la familia Rosete va aparejada a la historia de nuestra pobre tierra.
TITIRITERO: ¡Es verdad! Pero si te fijas bien, todos los montajes de títeres que están de moda, se convierten en un manual de texto… ¡aburridísimo!
TITIRITERO 2: Es que nadie quiere estudiar. No se estudia ni la acción ni la dramaturgia, para variar.
TITIRITERO: Entonces, ¿qué hacemos para no caer en lo mismo de todos esos grupos?
TITIRITERO 2: ¡Estudiar, actualizarnos, aprender de una buena vez! (Le muestra un libreto de los Rosete Aranda). ¡Fíjate en este libreto! Dime qué ves.
TITIRITERO: Letras.
TITIRITERO 2: ¡Más, más allá de las letras!
TITIRITERO: Diálogos.
TITIRITERO 2: ¡Que no! Mira bien: tiene parlamentos breves, ¡breves! Réplicas con una buena dosis de acción. Cada personaje tiene un rasgo que lo define y así se presenta. ¡Nada es al azar! ¡Ellos lo sabían muy bien!
TITIRITERO: Para serte sincero, a mí me da flojera estudiar. Prefiero estar metido todo el santo día en el teléfono, en Facebook, en lo que sea, ¡con tal de no pensar!
TITIRITERO 2: (Aplaude, enfurecido). ¡¡Bravo, bravo!! ¡No esperaba menos de ti! ¡¿Y de ese modo crees que podamos crear un grupo, una compañía, tan profesional y tan respetuosa al Gran Teatro del Mundo como la que construyó esa familia de Huamantla?!
TITIRITERO: Para serte franco. No me interesa.
TITIRITERO 2: ¡¿Noooo?!
TITIRITERO: ¡No!
TITIRITERO 2: Entonces no tienes nada qué hacer encima de este escenario, con estos títeres ¡y mucho menos con alguien que sí quiere aprender, trabajar, crear, pensar! ¡Ser diferente! (Se alejan, no se hablan. Se miran por encima del hombro. El otro se acerca).  
TITIRITERO: Perdón.
TITIRITERO 2: ¿Qué?
TITIRITERO: Uno puede equivocarse.
TITIRITERO 2: ¿Quieres ser como todo el mundo que te rodea? ¿Quieres saber cuánto dura la vida, esta única y mugrienta vida? ¡70, 80 años cuando mucho! ¿Sabes por cuánto tiempo María de Luz le rentó los títeres a Enrique Rosas? ¡DIEZ AÑOS! ¡¿Y sabes por qué?! Porque “ellos” sí sabían cuántas cosas nuevas y maravillosas se pueden hacer en tan sólo diez años. ¿Qué edad tienes?
TITIRITERO: Casi 30.
TITIRITERO 2: ¡Pues ya se te fueron tres!
TITIRITERO: ¿Tres qué?
TITIRITERO 2: ¡Piensa! ¡Tres décadas! Sólo te faltan cinco. ¿Y qué has hecho por tu vida, por los títeres, por ese público? ¡¿Qué?!
TITIRITERO: (Susurra, murmura). Casi nada.
TITIRITERO 2: No te escuché. ¿Ustedes lo oyeron?
TITIRITERO: ¡Casi nada! ¡No he hecho casi nada! ¡Ya lo sé! ¡¿Y crees que no pienso en eso cada día en que me levanto?! ¿Quieres que sea sincero? ¡Sí, pienso en eso! Y veo a todos aquellos que critican nuestra situación, y todo lo que sucede en México… ¡Los títeres políticos, las matanzas, la pésima educación, el destrozo a la ecología! ¡La corrupción que no se resuelve con una página electrónica de “transparencia”!
TITIRITERO 2: ¿Lo ves? La solución del teatro no está en dar “likes” en Facebook, no está en dar “likes”  o poner emoticones en un video de abuso o de violencia. No. ¡Por eso yo hago títeres! ¡Y quise comenzar a ensayar contigo esta obra acerca de la familia Rosete porque quería hacer algo diferente… estudiar algo diferente que me dijera algo a mí mismo y que le dijera algo a ellos. Por eso.
TITIRITERO: (Avergonzado). Disculpa. Discúlpame.
TITIRITERO 2: ¡No! ¡Pedir “disculpas o perdones” equivale a uno o dos “likes”… ¡y con “likes” no se hace teatro.
TITIRITERO: Sigamos ensayando.
TITIRITERO 2: (Saca y muestra un montón de hojas y periódicos atados. Los avienta al escenario). Todavía nos falta gran parte de la investigación.
TITIRITERO: ¿Tanto hicieron?
TITIRITERO 2: ¡Eso y más! ¿No entiendes que todo pudo haber terminado cuando María de la Luz rentó todo su esfuerzo y el esfuerzo de cada hijo, hermano, pariente?
TITIRITERO: Entiendo.
TITIRITERO 2: Pero no. No se detuvo ahí. (Le muestra un periódico amarillento, de adentro del cual caen hojas secas). Un verdadero artista no se rinde. Mientras la gente se entretiene en las modas pasajeras y baratas… llámese “escena expandida” o “emergente” o “narraturgia” o como quieran llamarle… hay que seguir haciendo buen teatro. Discutiendo, inventando, buscando fuentes. Esas Muestras Nacionales de Teatro son un prototipo de disparates mediocres, sin Belleza ni Poética. Un montoncito de nombres comprados y becas de pacotilla.
TITIRITERO: (Decidido). ¡Pues vamos a darle!

CUADRO X. Los últimos éxitos no son eternos.
TITIRITERO 2: Dos personas salvaron el teatro, dieron mantenimiento a los títeres.
TITIRITERO: El señor Salvador Escamilla y el señor Ladislao González…
TITIRITERO 2: Las marionetas recorrieron Yucatán… y se presentaron también en más de 18 teatros de la capital.
TITIRITERO: ¡Hasta que en 1919, Francisco Rosete debuta en Querétaro!
TITIRITERO 2: (Explica). ¡Francisco era hijo de don Leandro! E hizo honor a su padre. ¡Vaya si lo logró!
TITIRITERO: ¡La Compañía Rosete Aranda volvió a ser lo que era! ¡Nada de decadencia, sino cuidado y perfección! ¡Una nueva época hizo brillar a las marionetas! ¡1920! ¡La década dorada!
MÚSICA: FOX TROT.

CUADRO XI. Vale Coyote es censurado.
TITIRITERO 2: (Vale Coyote). “Suplico a todos mis aparceros y valedores, que si me quieren palmiar, aguanten las ganas un ratón, nomás mientras que yo acabo de vociferamentar mi restringido discurso. Atención y punto en boca; porque voy a prenunciar el discurso que me toca… este valedor no apoca…”
TITIRITERO: (Soñador). Ay, aires de nuestro Méjico amado… ¿Qué hemos de hacer contigo, Jesús de Nazaret? (Transición, despertando). ¡El Vale Coyote lanzaba a la cara del público lo que se criticaba en voz baja o no se podía decir! Que si el presidente en turno era una marioneta de los mafiosos, que si los gobernadores tenían derecho a la impunidad, que el crimen organizado se expandía como un cáncer… Todo eso.
TITIRITERO 2: (Le venda la boca al títere Vale Coyote). Un aplauso, apreciable público, a este desvergonzado muñeco que no ha podido quedarse callado. (Piden aplausos).
TITIRITERO: (Como Inquisidor). ¡Qué lo quemen en la hoguera!
TITIRITERO 2: ¡Eso, que lo quemen! ¡La Verdad ha sido proscrita por nuestros partidos políticos! ¡Las decenas trágicas no han terminado!
(Hacen un truco de quemar al Vale Coyote. Traen a escena una charola donde arden –con alcohol previamente preparado- trozos de tela y barro deformes).

CUADRO XI. ¡Quemar los títeres!
TITIRITERO: (Con la charola humante, como si estuvieran en ella los restos de las que mencionan). María Macedonia murió en Huamantla el 4 de agosto de 1931. Descanse en paz quien sólo dio amor y Belleza a este mundo.
TITIRITERO 2: (Echando pétalos de flores sobre la charola humeante). El 15 de mayo de 1937 muere María de la Luz Reséndez. Apasionada defensora de la Belleza del Teatro de Marionetas. Descanse en paz.
TITIRITERO: (Desaparecen la charola con los restos). ¡Y se nos casa Francisco Rosete con la señorita María Elena Rivera Goyri! La vida es de ciruelas amargas, pero también de almendras dulces… (Arroz y pétalos blancos: pueden realizar la boda exactamente al primer casamiento de la familia).
MÚSICA: MARCHA NUPCIAL.

CUADRO XII. El juicio.
TITIRITERO 2: (Peluca y ademanes de Juez neurótico: un martillito que golpea madera colocada por el otro titiritero). “¡Silencio en la sala! Si no se callan, tendré que bajar del estrado y desalojar esta honorable sala a puntapiés”.
TITIRITERO: (Títere Francisco Rosete). “Yo, Francisco Rosete, en este mes de junio de 1940, quiero presentar querella en contra de Carlos Espinal… por descarado, abusador y poco original.”
TITIRITERO 2: (Juez). “Explíquese, explíquese”.
TITIRITERO: (Títere Francisco Rosete). “Mi familia, señor Juez, ha trabajado durante muchas décadas, largos años, casi un siglo entero… para dignificar el arte de la marioneta. Luego llega este señor “bueno para nada”, a agenciarse el respetable apellido de mi familia. ¡Y no es justo!”
TITIRITERO 2: Y claro que ganó el juicio. Claro que lo ganó… pero hasta el 43…
TITIRITERO: ¡Vaya voluntad!
TITIRITERO 2: (Juez). “Carlos Vallejo Espinal deberá pagar la cantidad de siete mil pesos por daños y perjuicios a causa del uso, sin previa autorización, del nombre comercial ‘Rosete Aranda’… (Transición).
TITIRITERO: (A público, extrañado). Ah, pero había una segunda y extraña cláusula… El señor Espinal, en lo sucesivo, podrá hacer uso de los apellidos Rosete Aranda según su conveniencia. ¡Justicia mexicana! ¡Bravo!
TITIRITERO 2: En 1941, don Francisco se presenta en el Teatro Rivero, de Huamantla.
TITIRITERO: (Títere Francisco Rosete, avanza a público, se aclara la garganta). “Querido público de Huamantla, aquí, bajo la mirada bondadosa de nuestra patrona la Virgen de la Caridad… quiero comunicar al respetable una decisión que hemos tomado… mi familia y yo… en este mes de febrero se despiden las originales marionetas Rosete Aranda… Siete mil marionetas hablan muy bien acerca de lo que mis abuelos y tatarabuelos hemos logrado. Adiós.”
MÚSICA TRISTE SE EXTIENDE HASTA EL SIGUIENTE CUADRO.

CUADRO XIII. Un muñeco solo camina por la tierra…
TITIRITERO 2: ¿Y al final?
TITIRITERO: (Crean unas montañas de tela, como carpas sucesivas… Un muñeco solo camina a través de ellas. Con un hatillo al hombro: se trata de don Francisco, ya anciano…) Mucho caminó don Francisco Rosete por todo México para resguardar las marionetas… muchas puertas poderosas tocó y nadie quiso responderle. ¿A quién le puede importar un montón de trapos, un montón de figurillas muertas?
TITIRITERO 2: Unos se venden en el Mercado de la Lagunilla… otros en Austria, Rusia y Estados Unidos… ¡Muchas marionetas mueren aplastadas en el terremoto de 1985!
TITIRITERO: Comienza el peregrinar de las marionetas.
TITIRITERO 2: Y don Francisco muere finalmente en la madrugada de un frío 13 de diciembre de 1990…
TITIRITERO: ¿De qué murió?
TITIRITERO 2: Del corazón. Un paro cardíaco.
TITIRITERO: Así le llaman. Murió de tristeza, no me cabe la menor duda.
TITIRITERO 2: ¡Ah, pero no vivió para ver que al año siguiente se inauguró el Museo Nacional del Títere…!
TITIRITERO: ¡Ya sé, 9 de agosto de 1991, en Huamantla, el pueblo mágico de las alfombras, los toros, los muéganos, los helados, la Malinche!
TITIRITERO 2: ¡Pero ésa es otra historia!
TITIRITERO: ¿Y ahora qué hacemos?
TITIRITERO 2: ¡Seguir haciendo títeres! ¡Eso!
TITIRITERO: (Avergonzado). Estudiaré, mejoraré mis diseños… crearé títeres más hermosos… para poder competir con “ellos”.
TITIRITERO 2: (Le pasa el brazo). No, mi querido amigo, “nadie” puede competir con ellos. Tal vez, cuando mucho, el Cirque du Soleil, tal vez el Odin Teatret… quizá Bread and Puppets o el Teatro del Sol… no sé… ¡pero nadie ha alcanzado la cima como ellos!
TITIRITERO: ¿Nadie?
TITIRITERO 2: Nadie. (Pausa). Hay demasiada haraganería y flojera en el mundo.
TITIRITERO: Despidámonos entonces.
TITIRITERO 2: Querido público: las marionetas han muerto. Todo se ha perdido.
TITIRITERO: (Tristes). No. No todo puede terminar así.
TITIRITERO 2: ¿Por qué?
TITIRITERO: Porque el Teatro renace con cada función, con cada persona que tenga algo qué decir todavía… ¡con nosotros!
TITIRITERO 2: Pensándolo bien, pudieras tener razón. (Dispuesto, comienza a recoger todo el tiradero armado durante la puesta). ¡Recojamos los tiliches y pongámonos a trabajar!
TITIRITERO: ¡Eso! ¡A trabajar!
TITIRITERO 2: (A público). ¡Esta es primera llamada!
TITIRITERO: ¡La tanda está por comenzar!
TITIRITERO 2: ¡Primera llamada, primera!
TITIRITERO: ¡Principiamos!
(Sobre la tela que cuelgan de telón de cierre, comienzan a proyectarse –con música de Eleni Karaindrou, Vals to Gamou u otra pieza- imágenes de la historia de los Rosete Aranda, hasta oscuro total).

FIN.

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